El visionario escritor-director James Mangold nos
entrega el capítulo definitivo de la saga cinematográfica de uno de los más
grandes héroes de tiras cómicas jamás concebidos. LOGAN, WOLVERINE ve al actor
nominado al Premio de la Academia Hugh Jackman repetir su icónico papel como
Wolverine por última vez, en una historia cruda, autónoma, poderosa y dramática
que habla del sacrificio y la redención.
Es el año 2029. Ya no existen mutantes —o están a
punto de extinguirse. Un solitario y desesperanzado Logan está viendo pasar sus
días bajo los influjos del alcohol en un escondite que se encuentra en un tramo
remoto de la frontera mexicana, ganando unos cuantos dólares como chofer por
encargo. Sus compañeros de exilio son el marginado Caliban y un enfermizo
Profesor X, cuya singular mente se ve plagada con convulsiones cada vez peores.
Pero los intentos de Logan por esconderse del mundo y ocultar su legado, se ven
interrumpidos de manera abrupta cuando una mujer misteriosa aparece con una
petición urgente —que Logan guíe a una niña extraordinaria hasta su seguridad.
Al poco tiempo, las garras aparecen, una vez que Logan debe de lidiar contra
fuerzas siniestras y un villano de su propio pasado, en lo que se vuelve una
misión de vida o muerte; una que pondrá a este guerrero deteriorado por el
tiempo en un camino que lo llevará a consumar su destino.
LOGAN, WOLVERINE es interpretada por Hugh Jackman en
el papel que le da nombre al título, al lado de Patrick Stewart (X-Men: Days of Future Past), Stephen
Merchant, Richard E. Grant y la actriz nueva Dafne Keen. El filme es dirigido
por James Mangold (Walk the Line, The Wolverine); producido por Hutch Parker, Simon Kinberg y Lauren
Shuler Donner; y distribuido por 20th Century Fox. LOGAN,
WOLVERINE se estrena en cines de todo el mundo el 3 de marzo de 2017.
LA HISTORIA DEFINITIVA DE WOLVERINE
Hugh Jackman le aportó por primera vez su cautivadora
energía al mutante conocido como Wolverine en el ya remoto año 2000, en la
película original X-Men, del director
Bryan Singer, con la que dieron inicio los grandes éxitos taquilleros contemporáneos
basados en tiras cómicas. Desde entonces, el aclamado actor australiano se ha
metido a la piel del mutante más famoso del mundo en diez ocasiones (un récord)
para la pantalla grande. Pero en esta ocasión, con LOGAN, WOLVERINE, Jackman
tenía la oportunidad de crear algo muy especial, como un medio para poner fin a
su antiguo alter ego en pantalla.
“Queríamos algo que se sintiera muy distinto, muy
fresco y, a final de cuentas, muy humano”, comenta Jackman, “porque me parece
que la fuerza de los X-Men y la fuerza de Wolverine tiene que ver más con su
humanidad que con sus superpoderes. Al explorar este personaje por última vez,
quería llegar a la esencia de quién era ese humano, en vez de ver lo que ahora
puedan hacer sus garras”.
Desde el principio, Jackman siempre tuvo un don para localizar la humanidad de Logan por debajo de su exterior hosco y muy dañado. Pero con esta actuación matizada y muy conmovedora, el actor cierra el ciclo del personaje —ese hombre solitario que muerde puros y es muy agresivo, ahora es un camarada leal dispuesto a sacrificar todo por aquello en lo que cree.
Desde luego, Jackman y James Mangold, coescritor y
director de LOGAN, WOLVERINE ya habían llevado al personaje a lugares nuevos y
remotos en el 2013, cuando su personaje apareció por cuenta propia en The Wolverine. Aquel primer filme,
adaptado de la memorable miniserie de historietas de Chris Claremont y Frank
Miller, e impregnado con el espíritu del noir
japonés y las películas samurái, así como de los westerns estadounidenses, vio a Logan ser arrancado de su exilio
autoimpuesto, sólo para ser arrastrado a la violencia e intriga en Japón.
Recibió elogios de la crítica por su cuidadoso análisis de la agitación interna
de Logan, en vez de recaer estrictamente en secuencias de acción exageradas
para hacerla emocionante.
Mangold dice que después de su experiencia en The Wolverine, el dúo no había planeado
necesariamente volver a hacer mancuerna en otro proyecto que se centrara en
Logan. “Hugh y yo estábamos inciertos si íbamos hacer otra de éstas”, comenta
el director, quien trabajó por primera vez con Jackman en Kate & Leopold, en el 2001. “Si la íbamos a hacer, quería
llevarla a un lugar de mi interés, algún lugar íntimo y original —una historia
centrada en el personaje donde exploráramos los miedos y debilidades de estos
personajes extraordinarios; una película que los hiciera más humanos, vaya”.
Incluso antes de emprender el proyecto, Jackman y
Mangold entendieron que la historia necesitaba diferenciarse de la densa y emocionante
mitología de la vasta franquicia de X-Men. “Los dos queríamos una película que
se sostuviera por sí sola”, comenta Jackman. “Esta es mucho más realista de lo
que hemos hecho antes con la franquicia de X-Men, incluso con la de cualquier
otra película basada en un comic. Es mucho más humana”.
En específico, Mangold, quien escribió el guión de
LOGAN, WOLVERINE con Scott Frank (A Walk
Among the Tombstones, The Wolverine)
—su coguionista de The Wolverine— y
Michael Green (Alien: Covenant), se
dio a la tarea de crear una obra impulsada por los personajes, que se enfocara
en Logan, Xavier y Laura, mientras se abren paso a través de un paisaje
desolado. “Tenía este tipo de visión extraña en mi mente de que quería hacer
una road movie con estos personajes,
de una manera en la que como realizador me viera casi casi atrapado”, comenta
Mangold. “Al ponerlos en un automóvil y confinarlos a la autopista me ataría de
manos. No podíamos hacer nada relacionado a mundos en guerra o una invasión
alienígena —así, nuestra película se vería obligada a operar en un nivel más
íntimo”.
De igual importancia para Mangold, quien desde hace
mucho tiempo ha considerado a Logan como un descendiente espiritual de grandes
héroes del western —como Outlaw Josey Wales, de Clint Eastwood, o
Shane, de Alan Ladd—, era despojar a
Wolverine de su invencibilidad para hacer al personaje más vulnerable, y, así,
exponerlo más. “La idea de esta película era encontrarlo en un estado donde sus
habilidades se ven disminuidas de manera extrema”, dice Mangold. “Su fuerza se
ve degradada. Su propia salud y estado mental están deteriorados”.
Si bien LOGAN, WOLVERINE se lleva cabo más de 50 años
después de los eventos representados en X-Men:
Days of Future Past (2014), es sin lugar a dudas una historia por sí sola
que funciona más como un viaje familiar íntimo —aunque esté lleno de escenas de
acción de alto riesgo—, que como una aventura convencional de ciencia ficción
impulsada por imágenes explosivas. “Queríamos despedirnos con un estruendo”,
dice Mangold. “Pero la cosa es que —una vez que ciudades y planetas han sido
destruidos— tienes que hacerte acreedor a ese ‘estruendo’ en lugar de tan sólo
ser más estridente”.
Cuando empieza el filme, Logan está en un estado
vulnerable y frágil; la maldición de su inmortalidad está siendo una gran carga
para él, una vez que cuida de un debilitado Charles Xavier (Patrick Stewart) en
una fundidora derruida, que se encuentra a orillas de un campo petrolífero
abandonado. Ahí, se les une un tercer mutante, Caliban (Stephen Merchant,
co-creador de The Office), refugiado
en la penumbra en una época cuando el mundo cree que los mutantes ya han
desaparecido.
Pero los días de Logan bebiendo en una soledad
relativa se ven interrumpidos cuando pasa a ser el renuente ángel guardián de
una niña, Laura (la actriz nueva Dafne Keen), quien, por extraño que parezca,
tiene poderes muy parecidos a los suyos: de sus manos, así como de sus pies, le
brotan las mismas garras de adamantio que Wolverine. Tampoco es que esté muy
emocionado por aceptar su recién encontrada responsabilidad —está demasiado
cansado para interpretar al héroe una vez más.
“No quiere ayudar. En lo absoluto”, comenta Jackman. “No
quiere tener nada que ver con eso. Ya tiene mucho tiempo que pasó por esa etapa
en su vida en la que reaccionaba ante las peticiones y llantos de la gente que
buscaba su ayuda. En esencia, ha llegado a la conclusión que cuando ayuda, por
lo general, las cosas terminan peor. La gente que estima termina siendo
lastimada; si se apega demasiado, o hace un gran esfuerzo, termina en dolor,
pérdida y destrucción”.
Encargado en protegerla del criminal y asesino
cibernético Donald Pierce (Boyd Holbrook), Logan y el Profesor X se dan a la
tarea de cruzar territorio hostil para llevar a Laura a un lugar llamado Eden,
donde se dice que mutantes jóvenes disfrutan de un refugio seguro. Pero Pierce
y su aterrador ejército de androides Reavers están decididos a poner a la chica
bajo la custodia del Dr. Zander Rice (Richard E. Grant). Éste, genetista
siniestro detrás de Alkali, provocó sus mutaciones a través de una serie de
experimentos inhumanos con la esperanza de crear un niño súper-soldado.
“Es un sociópata que no tiene comprensión emocional o
compasión por los mutantes que crea”, dice Grant. “Ve a los seres humanos como
algo que debe ser clonado. Es muy científico e intelectual con respecto a todo.
No tiene ningún tipo de involucramiento emocional”.
Con las tremendas habilidades físicas de Wolverine
comprometidas por la edad y el paso del tiempo, la persecución implacable por
los viajeros les pasa una gran y sangrienta factura.
Con frecuencia se dice que un filme es tan bueno como
su villano, y Jackman no chistó en elogiar el papel de Holbrook como el
trastornado Pierce. “Boyd es un actor muy talentoso, un artista verdaderamente
dotado”, comenta. “Cuando leí el guión, le dije que me parecía que Pierce era
uno de los papeles más difíciles en sacar adelante. Los villanos más grandes
parecen divertirse más que cualquier otro personaje de la película, y él
encarnaba eso, y lo hizo de una manera brillante porque podía cambiar en un instante,
y ser muy amenazante, pero también divertido”.
Pero Jackman tuvo palabras especialmente amables para
su joven coestrella Dafne Keen, quien hace su debut cinematográfico en LOGAN,
WOLVERINE con una interpretación virtuosa. “Es una actriz fenomenal, y es un
honor compartir la pantalla con ella”, comenta Jackman. “Laura, desde un punto
de vista genético, tiene el DNA de Wolverine, así que existen elementos de él
en su personalidad y su carácter físico, y eso no es fácil de conseguir. Me
pareció muy difícil de lograr cuando yo tenía 30 años, ahora imagínate a una
niña de once años, sin ser para nada así en la vida real. Es muy alegre, vivaz
y vigorosa. Interpretar a este mutante que está de malas constantemente y lleno
de ira, que te puede arrancar la cabeza con tan sólo mirarla de reojo, no
podría estar más alejado a como es ella en realidad, y lo consiguió de manera
notable”.
De igual manera, Stewart, quedó impresionado por su
profesionalismo: “Es una niña que actúa con el aplomo, seriedad, intensidad y
diversidad de una actriz muy experimentada y cosmopolita”, comenta Stewart.
“Al principio, Laura es una niña muy silenciosa”,
comenta Keen. “No puede expresar la tristeza como lo haría una niña normal, por
lo que monta en cólera y comienza a matar gente. Es divertido hacer eso y, al
mismo tiempo, que te gusten playeras color rosa, unicornios, arcoíris y cosas
así”.
Debido a sus rasgos compartidos, Logan está en una
posición única para ayudar a Laura a que acepte sus sentimientos y canalice esa
ira sobrecogedora. “Logan tiene una bondad intrínseca, y si no la tuviera,
hubiera sido la máquina asesina perfecta porque puede volverse completamente
loco”, comenta Jackman. “Puede acabar con cualquiera, pero alguna vez tuvo un
corazón. Tuvo una conciencia. Tuvo una mente, y no se puso a seguir ciegamente
cuanta orden le daban”.
Si, por un lado, Logan funge como padre adoptivo de
Laura, por otro, es el hijo pródigo de Charles Xavier, quien está luchando contra
una enfermedad debilitante que también amenaza con lastimar a otros. “Está
viejo y enfermo, pero aún más importante, es peligroso”, dice Stewart de
Charles. “Sus poderes están fuera de control y tienen que ser dominados. Está
en peligro. Y la persona que lo cuida, se hace cargo de él, lo cura, supervisa,
discute con él, lo recoge del suelo cuando se ha caído, es Logan”.
Stewart continúa: “El aspecto de superhéroe y los
poderes mutantes no son el centro de atención, como lo fueron en todas las demás
películas. Me parece que el sentido de ciudadanía, del individuo, de las
relaciones, es más fuerte en LOGAN, WOLVERINE que lo que se haya visto antes.
James ha creado un mundo que es reconocible y familiar, y, a su modo, común y
corriente, aunque esté envuelto en esta vorágine de miedo, emoción y peligro,
así como creciente necesidad de escapar”.
Al igual que Jackman, la actuación del aclamado actor
británico en LOGAN, WOLVERINE representa una culminación de años de trabajo en
pantalla. “Se regodeó en este personaje, y se nota”, dice Jackman de Stewart.
“Es una actuación desgarradora, bella, compleja y llena de capas y matices —en
ocasiones, increíblemente lúcida y clara. La relación entre él y Logan es muy
parecida a la de un padre-hijo, con todos sus tonos: orgullo, decepción, enojo,
frustración. Todo se desarrolla”.
Incluso Caliban pertenece a una familia no
convencional, y él y el famosamente antisocial Logan disfrutan una cierta
cantidad de camaradería. “Me pareció importante no sólo ser un antagonista
constante de Logan”, comenta Merchant, “sino que también pudiéramos tener unos
cuantos momentos donde hubiera algo de calidez entre nosotros, para apelar de
nueva cuenta a esa idea de la familia sustituta”.
“Es una película acerca de la familia”, comenta
Mangold. “Es una película acerca de la lealtad y el amor, y, en específico, de
un personaje, Logan, quien ha estado evitando de manera empecinada intimar a lo
largo de su prolongada vida, pero que aquí lo hace finalmente”.
LOGAN, WOLVERINE ve al héroe marchito encontrar una
conexión humana sorprendente, pero el filme también ofrece la representación
más auténtica e desenfrenada que se haya hecho hasta ahora de Wolverine, en la
que Jackman libera su ira frenética como nunca antes. Recibió una clasificación
para adultos, que representa ser la primera vez que cualquier filme de la serie
de X-Men recibe tal categorización. “Wolverine quizás y sea uno de los
personajes más sombríos y complejos en el universo de las tiras cómicas —todo
lo que nos preocupaba a mí y a Jim era liberarnos de cualquier atadura”,
comenta Jackman.
Desde una perspectiva de realización, Mangold dice que
la clasificación le permitió llevar a LOGAN, WOLVERINE hacia una dirección más madura,
para explorar la fragilidad humana, la mortalidad y los vínculos complicados
que unen a las familias. “No quería hacer una película más violenta, sexi,
explícita y obscena”, comenta Mangold. “Quería hacer una película para adultos.
Esta no es una película para niños de nueve años. Cuando tu película recibe esa
clasificación, te encuentras haciendo una película que aborda temas más
adultos. No te encuentras bajo la presión de hacer una película para todos”.
Pero no hay duda alguna de que la película considerará
completamente a aquellos aficionados antiguos, aquellos que han seguido la
interpretación de Jackman durante los últimos 17 años. De hecho, fue crucial
para Jackman, una vez que se despidió de su extenso pasado de X-Men, dejar todo
en pantalla para ésta, su última aventura mutante.
“Hubo un momento en el que acepté el hecho de que esta
iba a ser mi última película”, dice Jackman. “Amó este personaje, y ha sido
maravilloso conmigo. Te mentiría si te dijera que hubiera estado todo bien si
no hubiera sentido que dejamos todo sobre la mesa. Y me refiero a todo. Todos
los días, cada escena, era una especie de batalla para obtener lo mejor de ese
personaje, para obtener lo mejor de mí”. Jackman concluye: “Había un elemento
de vida y muerte al respecto —sé que suena dramático, pero así fue como se
sintió”.
ACERCA DE LA PRODUCCIÓN
LOGAN, WOLVERINE fue rodada principalmente en
locaciones durante el brutal calor de verano del 2016 en Nueva Orleáns y Nuevo
México. Al veterano diseñador de producción François Audouy, quien también
encabezó el equipo de diseño en The
Wolverine, se le encargó crear ambientes convincentes y llenos de texturas,
para capturar esa sensación máxima que te da una road movie.
“Queríamos generar la sensación de que estábamos
emprendiendo un viaje largo en la película”, explica Audouy. “Desde el
principio, Jim quería incorporar muchos panoramas distintos en el filme —desde
el desierto seco en El Paso y México, a través de Nuevo México, Texas, Oklahoma
y Kansas, hasta apuntara hacia el norte, a la zona estéril de Dakota del Sur.
El verdadero reto fue ver cómo íbamos a conseguir crear esta variedad en dos
estados, con tan sólo un puñado de locaciones”.
Audouy y su equipo utilizaron cuatro de los Foros Big
Easy del Michoud Assembly Facility Lot de la NASA, para construir sets
inmensos, incluyendo el escondite en la fundidora y el hotel casino de Oklahoma
City. En algunos casos, el aporte de los actores ayudó a darle forma a un set
en particular —por ejemplo, algunas de las ideas de Stephen Merchant acerca de
la vida doméstica de Caliban fueron incorporadas al diseño de la fundidora.
“Por lo regular, Caliban es quien cocina y es el único
miembro familiar del trio que vive en la fundidora, así que Stephen pidió que
agregáramos algunos destellos de color al set sombrío, apagado y deteriorado
que habita”, comenta Audouy. “Teníamos un contacto con alguien que vivía cerca
de Juárez, así que fueron a la ciudad y compraron unas cazuelas de cerámica y
varias piezas con diseños coloridos mexicanos en ellas para agregarlas a la
cocina”.
El director de fotografía John Mathieson agrega: “Los
sets que François construyó en el foro se sentían muy reales, así como crudos y
sucios. La intención de la fundidora es que estuviera vieja, deslucida y
desierta, y como trabajábamos adentro todo el día, cuando nos íbamos a casa por
la noche, te sentías sucio y desliñado. Así de reales se sentían los sets. Sus
diseños no son simétricos o bonitos”.
Desde luego, cuando haces una road movie, los vehículos son cruciales, como es el caso de la
limosina que Logan maneja, que fue diseñada a partir de la Chrysler 300. El
automóvil es la única fuente de ingreso de Logan, su medio para contactar y
cuidar a Charles, además de ser una pieza clave para el escape de los mutantes.
“Se volvió un personaje por sí mismo”, explica Audouy.
Nick Pugh, técnico de automóviles de LOGAN, WOLVERINE
añade: “Fue complicado diseñar un vehículo que se planteaba en el futuro,
aunque sólo fueran diez años. Hay tres limosinas, dos acabadas y un vehículo
para acrobacias, que tenían la misma apariencia. Pero no deja de ser un coche
de carreras, como los del rally de Baja, con una suspensión de carga de 40 cm,
dado que tenía que ser capaz de brincar, pasar por zanjas y atravesar el
desierto a aproximadamente 80 kilómetros por hora”.
Además de las acrobacias de manejo, el filme está
plagado de escenas de pelea brutales y viscerales, que presentaron
oportunidades únicas para Keen, en su papel como Laura, quien entrenó cerca de
su hogar en España, antes de haber llegado a los EE UU para el rodaje. “Cuando
llegó aquí, tuvimos un mes con ella”, comenta el coordinador de acrobacias
Garrett Warren. “Teníamos garras que podía sujetar con sus manos, para que
viera cómo se sentía tenerlas. La ponía a usar papel; que lo sujetara y lo
hiciera pedazos. De tal forma, ella sabía lo que se sentía usar las garras en
vez de sólo blandirlas en el aire”.
Los antecedentes de Keen en gimnasia y artes aéreas le
ayudaron a dominar la coreografía de peleas, y Jackman estaba impresionado con
su joven coestrella. “Dafne hizo la gran mayoría de sus peleas en la película”,
comenta. “Trabajó muy duro. Cuando digo trabajo es porque le encantaba. No
quería dejar de entrenar para las acrobacias. Me asomé a verla un día y tenía
mis garras puestas, y lucía radiante”.
“Los otros actores y realizadores fueron como una
familia para mí”, comenta Keen. “Me sentí segura. Siempre estaba más enfocada
en mi personaje y en su deseo por llevar una vida con una familia normal, que
es algo por lo que lucha desesperadamente”.
Aunque Laura bien podría ser una asesina, no deja de
ser una niñita, un hecho que resulta más evidente con su guardarropa. “En
cuanto a Laura, comienza con una apariencia muy sencilla y monótona”, explica
Daniel Orlandi, diseñador de vestuario ganador del Emmy. “Se ve como una
prisionera que ha escapado. Después, cuando tiene la oportunidad de elegir su
ropa, vemos a esta asesina despiadada a la que le encanta la violencia, elegir
una camiseta de unicornio, junto con accesorios color rosa. Le aporta una
ironía tierna al personaje”.
Para los otros personajes principales, a Orlandi le
sirvieron de inspiración westerns
clásicos y películas film noir [cine
negro]: “Jim dijo desde el principio que no quería que ninguno de nuestros
personajes tuviera atuendos de superhéroe o cualquier cosa que llamara mucho la
atención. A Logan lo vemos con muy poco entusiasmo usar un saco negro corriente
con unos viejos pantalones de mezclilla Levis, pero sólo porque ese es su
uniforme de chofer. Pero una vez que Logan se da a la fuga, elije una chamarra
de gamuza estilo western y un
sombrero de vaquero —todo oscuro y sencillo. Está huyendo y no quiere
sobresalir”.
Al estar a la par de la atmósfera general del filme,
el guardarropa también cuenta con un tono sombrío y tenue. “Hay muy poco color
en el filme, así que los personajes principales apenas y usaron color”, explica
Orlandi. “La única ocasión en la que ves color en el filme es con los
personajes que no pertenecen a su mundo —como los pasajeros que transporta
Logan—, en los que usamos tonos más intensos y cálidos”.
Pero Orlandi se ocupó de usar atuendos para enfatizar
los vínculos entre Logan y Laura, relación que sirve como piedra angular del
filme. “Queríamos que Laura acabara con algo que le llamaría la atención a una
chica de su edad, de ahí la camiseta de unicornio, pero también queríamos
ponerla en una chamarra de mezclilla, cuyo corte es igual a la que usa Logan”.