Durante los meses de enero a marzo, México recibe a la especie más
grande del planeta: la ballena azul (Balaenoptera musculus) este cetáceo
que puede llegar a medir hasta 33 metros y pesar 19 toneladas, llega a las
aguas del Parque Nacional Bahía de Loreto en Baja California Sur para
alimentarse, aparearse y dar a luz a sus crías.
Proveniente de los mares fríos de Alaska, este año, el número de
ejemplares de ballena azul se duplicó al registrar 20 individuos, en
comparación con la temporada pasada, que sólo se avistaron 10, cifras
promedio que refleja una población estable.
La presencia de este cetáceo ha sido fundamental para desarrollar el
aprovechamiento no extractivo responsable, que deja una importante
derrama económica local, y proyectar ante el mundo los valores naturales
con los que cuenta nuestro país.
La importancia de la actividad de avistamiento ha ido en franca
consolidación como un motor de economía local en una escala temporal
importante, así como una actividad con potencial para ser aprovechado a
nivel nacional.
Estos cetáceos están incluidos en la NOM 059, en la categoría de “sujetas a
protección especial”, por lo cual existen lineamientos establecidos en la
NOM 131 para realizar la observación responsable de cetáceos, la cual
únicamente se puede llevar a cabo con permisos expedidos por la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Estos lineamientos
tienen por objetivo asegurar que los turistas puedan observar e interactuar
con estos animales sin impactar su comportamiento u afectarlos.
Es por ello que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(CONANP), mediante el Programa de Conservación de Especies en Riesgo
entre otras acciones, impulsó la elaboración del Manual para la observación
pasiva de ballena azul y otros cetáceos en el Golfo de California.
Dicho manual tiene como fin capacitar a guías y capitanes de
embarcaciones para dar un servicio de primer nivel brindándoles
información básica sobre la biología de estos animales, los lineamientos
para realizar esta actividad y sobre el nuevo método de observación pasiva
de ballena azul y otros cetáceos, el cual contempla los siguientes cuatro
pasos:
1. Mantener una distancia mayor a 100 metros de la ballena.
2. Apagar el motor y observarla para establecer su comportamiento.
3. Encender el motor solamente cuando la ballena está navegando y
después de que ésta se sumerge para bucear. 4. NUNCA: Acercarse por su cabeza, perseguirla o seguir a una madre
con cría.
El Golfo de California es un lugar privilegiado ya que se pueden observar el
38% de las especies de cetáceos en el mundo, lo que ha permitido la
oportunidad para que turistas nacionales e internacionales puedan realizar
actividades de observación recreativa.
Esto también le da la oportunidad a los prestadores de servicios como guías
y capitanes de las embarcaciones promuevan una industria sustentable y
responsable que permite a los visitantes observar y aprender sobre estos
majestuosos animales en su hábitat natural.
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