El sector acuícola de Jalisco cuenta ya con cultivo de camarones de
manera intensiva. Esto supone un sistema cerrado de producción en el que se depositan
700 camarones por metro cuadrado, contra 20 crías que se tendrían en una granja
de sistema abierto.
Así lo explicó el gerente de producción de la empresa Aqua Fresh,
Alfredo Avilés Carrillo, quien refirió que en el caso de esta corporación, ese
sistema productivo permite un rendimiento mensual de tonelada y media de
camarones por mes, con una rentabilidad atractiva.
Hizo notar que la crianza de camarón bajo un sistema controlado, es la
alternativa que responde a la tendencia mundial de producir proteína animal a
base de organismos acuáticos en unidades productivas artificiales, para sortear
la captura tradicional en altamar, la que cada vez presenta grandes condiciones
de incertidumbre.
El avance de la acuacultura jalisciense se explica en gran medida, por
la producción controlada de especies en granjas, aseguró el titular de la
Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER), Héctor Padilla Gutiérrez,
quien precisó que hay apertura de las autoridades para apoyar establecimiento
de nuevas unidades productivas, conforme a lo establecido en las reglas de
operación del programa de concurrencia con el Gobierno Federal.
El funcionario detalló que en Jalisco, sobre todo en la Costa Sur, hay
otras once granjas que también han incurrido en la producción de camarón en
ciertas temporadas, aunque últimamente le han dado prioridad al cultivo de
peces.
En el caso de su granja, el directivo de AquaTech refirió que además
de contar con un paquete tecnológico que permite la crianza del camarón en las
condiciones de altura y clima de la zona conurbada tapatía, el cual representa
un significativo ahorro del uso del agua y su continuo reciclaje.
Detalló que en el caso concreto de su granja, se obtiene mensualmente
un volumen de una tonelada y media de camarón en un estanque de una capacidad
de 180 metros cúbicos, lo que supone un proyecto único en el país con un
dispositivo de recirculación de agua.
Esta carne se comercializa directamente en la granja por consumidores
que ya conocen el producto (entre los que figuran restauranteros y los
residentes norteamericanos de Ajijic), cuyo ciclo de engorda controlada es de
tres meses, periodo en el que la especie alcanza la talla de 14 gramos, un
parámetro demandado en el mercado camaronero.
Sobre el costo-beneficio de las granjas intensivas de camarón como
negocio, señaló que estudios de su empresa revelan que la producción de un
kilogramo de este crustáceo implica un gasto 45 pesos, lo que plenamente se
recupera al vender al animal entre 100 y 130 pesos, según el comportamiento del
mercado durante el año.
Ante el éxito que ha tenido esta granja como modelo productivo y como
negocio, dijo que hay planes de instalar otra unidad productiva en un lugar
distinto donde se pudiera lograr un aumento de la producción, lo que implicaría
llegar a las 70 toneladas al año en un sitio con el mercado urbano a la mano.
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