En el marco del Día Mundial de la Alimentación, el Museo
Trompo Mágico inauguró formalmente el Laboratorio Gastronómico, una nueva
actividad que tiene por objetivo fortalecer la educación nutricional de los
niños y las niñas jaliscienses, para evitar la obesidad y la diabetes infantil.
La directora general del museo, Ana Estela
García Cortez, detalló que este nuevo espacio busca que las niñas, niños y
adolescentes, se involucren en la cocina de una manera segura y divertida,
aprendiendo a preparar platillos nutritivos: “Buscamos que ellos [los niños]
sean los que produzcan sus alimentos en casa, pero también para los que están
muy pequeñitos, que tal vez no pudieran cocinar solos, que los apoye su hermano
mayor o el papá, es decir, ésta también es una actividad para toda la familia”.
En la apertura del laboratorio también estuvo
presente la coordinadora estatal del programa Alimentación y Actividad Física
de la Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ), Alejandra Matías Serrano, quien
señaló que es necesario tener espacios, como este laboratorio, que promueve una
dieta saludable y recomienda recetas basadas en el Plato del Buen Comer.
“Esta es una oportunidad para seguir trabajando
en la salud de los jaliscienses, de trabajar en la prevención del sobrepeso y
obesidad, así como enfermedades crónicas, como la diabetes que es una de las
principales causas de enfermedad y mortalidad de nuestro estado”, señaló Matías
Serrano.
El Laboratorio Gastronómico permanecerá abierto
para el público en general, con una previa reservación. Los grupos escolares al
momento de reservar pueden elegir una receta para su preparación y los alumnos
deberán traer los ingredientes; de lo contrario, el personal del Museo
recomendará una receta sencilla, como galletas de garbanzo, o una bebida o
colación de fácil preparación.
Como parte de la inauguración se realizó una
dinámica con más de 30 niños de escuelas primarias públicas y privadas, quienes
aprendieron a cocinar una sándwich de pera y un granizado de pera. Al finalizar
la preparación, los menores de edad pudieron disfrutar de sus alimentos en un
picnic en las áreas verdes del museo.
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